Os cuento la salida del fin-de-semana-semi-puente pasado que realizamos Martín Manrique y yo. Fuimos a visitar a mi familia a Ochagavía, en el Valle de Salazar, Pirineo navarro, donde están veraneando.
Como tengo la cámara de fotos rota, no hay fotografías salvo de la salida del Domingo con Goyo, Enrique, familia & friends. Espero que alguno de ellos pueda colgar alguna. Las fotos que aparecen son de pega.
Ida de unos 700 Km con solo 35 de autovía. Salida sin prisas el Viernes 11 de agosto de 2006 a las 11h desde Valdepeñas. Yo cargado hasta las cejas para llevarle a Chus el equipo de motera para la salida del Domingo. Calor insoportable. Carretera de La Solana a Tomelloso y luego Socuéllamos y Belmonte. Aburrida y recta. La temperatura subiendo hasta llegar a Cuenca, a la plaza de la Catedral,
donde comimos caro y mal un par de bocadillos de chorizo frito a los que el singular camarero bautizó como "Mariocondes". Cervezas con puntos (sin alcohol) y mucho agua.
Salida hacia Molina de Aragón cruzando la serranía de Cuenca por la hoz de Beteta.
Impresionante el paisaje y la carretera una delicia para los moteros. Temperatura más agradable aunque todavía elevada. Cervecitas varias por el camino.
De Molina al Monasterio de Piedra.
Carretera buena salvo desde la entrada a la provincia de Zaragoza hasta el Monasterio, donde el firme está infame y con curvas desagradables. Refrigerio con merienda a la sombra. Mejora la temperatura.
Salida hacia Calatayud cogiendo la autovía durante 35 Km hasta La Almunia de Doña Godina, de donde es Chus, y parada corta para repostar pero el gasolinero me conoce y hace tiempo que no nos ve ni a mi mujer ni a mí, por lo que la estancia se prolonga más de la cuenta a causa de la narración de nuestras vidas recientes. El también me cuenta su vida completa: "bien, aquí lo de siempre". Punto y final. Coño, ¿que solo me pasan cosas a mí? Pues no, a eso se le llama alcahuetear y yo, como un memo, volví a caer.
Ya demasiado tarde para llegar de día, pasamos por Magallón, Tauste, Ejea de los Caballeros, Sádaba y Castiliscar, donde paramos a fumar un cigarrito. Bueno eso yo, ya que Martín fuma en la moto cuando le apetece. Llevaba un cenicero pero lo ha quitado porque si se lo ve la poli, le multa. Llamo a Chus para decirle que llegamos tarde.
De aquí en adelante, curvas a Sos del Rey Católico,
lugar de nacimiento de Fernando el Católico, Sangüesa, ya en Navarra, y Lumbier, para parar ya de noche pero con una luna llena resplandeciente que nos acompaña y guía, en la foz de Arbayún, refugio protegido de buitres y águilas. Muy bonito pero ¡coño que frío!
Carretera de nuevo por Navascués hasta nuestro destino, donde llegamos a las 23h. ¡Doce horas de viaje! Pero es que nos lo tomamos con calma ya que, como bien dice Santiago que dice Pocholo, la prisa mata. Llegada a casa. Los vikingos despiertos esperando al tío Martín que tiene una moto muy chula y a su padre que le den morcillas. Más vale que Chus sí me esperaba con ganas...
Durante la cena me explica que no podrá acompañarnos en la salida ya que, tanto mi padre como mis tías, que están pasando el verano con ellos, se niegan en redondo a quedarse con los vikingos porque "dan mucho mal". A mí, que fui todo el camino con casco, guantes, chaqueta, pantalones y botas extra con la ilusión de disfrutar de la salida del Domingo con mi media naranja y sin críos, se me quedó cara de gilipollas pero a la pobre Chus, que llevaba todo el verano sin separarse de ellos, esperando al Domingo como agua de Mayo, se le puso una mala ****** que pa'qué.
Como reseña, Ochagavía es el pueblo más grande del Valle de Salazar, casi al final del mismo y a unos 12 Km de Francia, con sus 400 y pico habitantes.
Es el típico pueblo montañés con casas de piedra regias.
La selva de Irati, uno de los hayedo-abetales más grandes de Europa, pertenece al valle y es explotado por el mismo, junto con el Valle de la Aezcoa.
Sábado ocioso en compañía de Antonio y Marilar, unos amigos de La Almunia que vinieron a visitarnos. Antonio se interesó por las motos, aunque no tiene el carné A y, tras explicarle las maravillosas sensaciones que transmiten las dos ruedas y las saliditas que se organizan en el Touring, me envía un SMS con foto ayer, Martes 15, en el que me enseña la nueva Daelim Daystar 125 que se compró el día 14 nada más volver a La Almunia. ¡Ya tenemos otro motero en potencia! Y es que esto engancha.
Por la noche, mi amigo Txepi, carnicero de pro, nos había preparado unos kilos de costillas de corderico de la tierra cortadas con cariño,
unos riñones y chistorra fresca de la que él hace y que preparamos a la brasa de haya en el fogón de casa, aderezado todo con queso de Roncal y unas ensaladas con espárragos de Navarra y regado con un buen reserva de la tierra. Colofón con sobremesa animada tras el café, gracias al tema del carné por puntos y a unas copas de basaka y pacharán casero del que hace mi hermano Ernesto. A dormir a las mil.
Para el Domingo día 13 se anunciaban lluvias pero salió bastante despejado y con buena temperatura para rutear. Esperábamos entre las 11 y 11 y media a parte del "komando Pamplona" que llegó... algo más tarde con Enrique sin batería y teniendo que arrancar la moto con las pinzas cada vez que paraban. Aparecieron Goyo, señora, hijo y nuera, Enrique y señora, Luis, un amigo de ellos que yo no conocía con una Dragstar y un "RRero" que nos dejó para irse a "hacer curvas" por el valle de la Aezcoa y Erro, preciosos lugares. Los vikingos flipando con las motos y sin dejarnos marchar.
Nosotros pensábamos pasar por Larrau a Francia y llegar a San Juan de Pié de Puerto para volver por Roncesvalles a Ochagavía pero, dada la hora de salida y que en Francia dejan de dar de comer para la 1 y media o 2 de la tarde, decidimos hacer una rutilla más corta sin pasar la frontera.
Así pues, y tras conseguir arrancar la moto de Enrique, tomamos rumbo a Isaba, en el valle de Roncal, vía puerto de Laza. Llegamos a la gasolinera y... ya no había gasolinera. Bueno, estaba pero la habían cerrado. Así que a Urzainqui a repostar y vuelta a Isaba para tomar la carretera a Belagua.
Pasamos por el llano de Txamantxoia, precioso pero lleno de caballos,
vacas y ovejas con sus correspondientes boñigas desperdigadas por el asfalto y nos dirigimos al puerto, cuando noto que Luís va muy despacio y me hace un gesto de no saber qué pasa y no veo al resto del grupo. Paro... espero... sigo esperando... no viene nadie... sigue sin venir nadie... me asusto (boñigas de bichos varios en la carretera)... doy la vuelta... recorro unos cientos de metros y... veo a Goyo tan campante y al resto de la trouppe detrás. ¡Los muy jodíos habían parado en el restaurante del llano a preguntar si a la vuelta nos podían dar de comer! En fin.
Seguimos ruta ascendiendo el puerto de Belagua y paramos en el mirador. Casi todos hemos estado mil veces allí pero la vista es tan espectacular que uno no duda en parar cada vez que pasa. Puro Pirineo en todo su esplendor con el llano a nuestros pies reluciendo bajo un sol radiante. Impresionante.
Llegamos hasta el alto y vuelta al famoso restaurante de Goyo. A todo esto, desde que salimos Enrique no ha parado la moto "porsiaca".
Entre chiste, chisme y aclarar la diferencia entre velocidad y prisa, se degustaron, entre otras viandas, alubias rojas con chorizo, tocino y guindillas verdes, jarretes en salsa, pimientos del piquillo rellenos, cordero guisado, cuajada casera y pastel vasco. Vamos, de lujo.
Tras los cafés, la moto de Enrique seguía sin arrancar por sí sola, así que ayudita y p'alante cruzando el valle de Roncal hasta Burgui y por el sinuoso puerto de Las Coronas hasta Navascués, donde los pamplonicas pusieron rumbo a la vieja Iruña y Martín y yo de nuevo a casa por Oronz, donde hace casi 1 año fallecía en accidente de moto Angel, el ATS de Ochagavía y gran motero, querido en nuestro pueblo y al que, al menos Luís, conocía. Descanse en paz.
Por la noche, cena en plan bocata en el Bar Artzai y partida de mus. José Luís Vizcay y mi padre contra Mari el de Portal (ex-motero de mi cuadrilla) y yo. Partida corta al mejor de tres chicos de siete amarrecos. Martín mirando mis cartas sin entender nada a pesar de mis explicaciones. Les dejamos ganar.
El Lunes vuelta. Otras 12 horas gracias a la falta de prisa y a las cervecitas con puntos. Mejor temperatura. Misma ruta salvo los últimos 200 y pico Km, desde Cuenca, en que fuimos todo por la N-420, rodando ligeros por las agradables curvas a la vera del Jucar hasta Pedro Muñoz. Y de ahí a Tomelloso, donde Martín sugirió que se hacía de noche y deberíamos ir por la autovía hasta Manzanares. ¿Qué autovía? Descubrimos, en el peor de los momentos, que está por construir. En fin, de Manzanares a Valdepeñas por la A-4 sin novedad. Aparcar las motos y a cenar. Despedida y cierre.
Unos 1500 Km de carreteras variopintas que han merecido, sin duda, la pena.
Ahí queda eso. A ver si alguien más se anima y nos cuenta sus andanzas veraniegas en moto.
Un saludo,
Javier
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