La última jornada es pura Navarra , para mi la gran desconocida de las rutas pirenaicas en moto , es cierto que te lloverá posiblemente en cualquier época del año . A mi en mi primera Transpirenaica aquí me hizo un calor terrible y no cayó ni una gota , pero no es normal que en la selva de Irati te encuentres polvo cómo en el Rocío.
La mañana es fresca en el Valle del Sarazar , pasamos por Jaurrieta hasta Ariba donde nos desviamos buscando Orbaiceta y su antigua fábrica de armas del siglo XVIII rodeada por densos bosque de hayas de un color verde alga.
Las ruinas de piedra parecen las de un gigantesco navío varado entre altos árboles , el rio Irati movía los ingenios necesarios para su funcionamiento , la plaza en alto preside el complejo ,con la iglesia, el palacio de autoridades y las casa de los obreros.
Es una visita interesante , tomamos una estrecha pista pavimentada toscamente hacía la muga (frontera ) , la vegetación hace un tunel natural por el que pasamos despacio hasta subir una pendiente que da a un collado .
Helechos ,setas , hierba brillante y un olor delicioso a tierra mojada nos dan la bienvenida , bajamos hacia Francia para llegar a San Juan de Pie de Puerto , lugar de peregrinaje del Camino Francés a Santiago y posesión española en el pasado.
Después , un amigo guardia civil que estuvo destinado en Orbaiceta ocho años ,me contó cómo era de "caliente " esa zona fronteriza en los años de plomo.
Ahora es una zona turistica magnífica y tranquila , San Juan es cómo siempre una romería del norte , la sorteamos rápidamente , Saint Etienn de Baigorry (vaya nombrecito) , y giro al oeste por el puerto de Izpegui 672mts.hasta la N121 B , Elizondo , puerto de Belate .
LLueve copiosamente , esta vez llevo todos los forros en el traje y sólo me mojo por fuera , el puerto de Belate en la N121A es, a pesar de la lluvia , una subida perfecta , el asfalto mojado agarra bien y yo por lo menos disfruto como un niño en un charco.
Es la hora de comer , paramos en la Venta de Ulzama , sitio que de venta sólo tiene el nombre de los tiempos pasados, cuando los pamplonicas y sus familias descansaban de los camiones en su camino a Irún buscando las playas.
Ahora es un restaurante elegante con un coqueto hotel , como llueve a mares la entrada al comedor es escandalosa ,pues nuestros trajes chorrean agua a nuestro paso , nos dan una mesa después de soltar nuestro mojado equipo en un rincón.
El personal es amable y profesional , los parroquianos son gente acomodada que celebran el dia de la Virgen de Agosto . El día invita a chuletón pero luego hay que conducir y se hace pesado , optamos por rape a la brasa y ensalada de bogavante acompañados por un verdejo fresquito.
Todo excelente ,pero faltaba el postre , Jose Mari , el padre de Javier , navarro de pura cepa me dijo que en Ulzama preparaban la mejor cuajada del mundo . Pedimos un lebrillo con dos cucharones , la historia está en que la ahuman con una piedra candente que introduce en el caldero un poco antes de servir, esto le da un sabor único .
Y voto a bríos que era cierto , me prometí volver algún día para emplearme más a fondo . Algunos les sonará el garito ,pues se comió alli´en una nacional hace tiempo.
Bajamos hasta Lecumberri para subir al santuario de san Miguel de Aralar, entre hayas centenarias en una preciosa subida , estamos en el límite con Guipuzcoa , visitamos la iglesia y disfrutamos con las vistas aunque no tanto del viento , al menos ha dejado de llover.
Rodeamos Pamplona por Erro , y entramos en el valle de Aezcoa camino a Ochagavía , vemos cómo curiosidad un antiguo cuarte de la Benemérita convertido en un bonito hotel.
La carretera esta sin tráfico por lo que subimos el ritmo , vamos ligerillos pero bien, cuando un coche se nos pega y nos enseña rueda , el caso es que nos nos pasa . solo nos toca los cojones un rato hasta que ,cómo no bajamos el ritmo ,termina por quedarse atrás ,era el típico Leon de algún niñato con ganas de impresionar a la chavala.
Esa noche había una chuletada de cordero a la brasa y chistorra de postre , en casa de Javier , y yo que acepto los retos , no me tembló el pulso en ningún momento.
Las chuletillas de cordero lechal eran de las de solo un bocado , vuelta y vuelta sobre las ascuas y "yastá" , pero señores ,la chistorra y el chorizo abierto por la mitad no desmerecían lo anterior en modo alguno .Un tinto de Navarra hizo más llevadera la misión.
Definitivamente un gran viaje , buena ruta , compañía y un puntillo de aventura civilizada.
Gracias de nuevo a Javier y a su encantadora familia que acogieron cómo uno más.
Y ESTO ES TODO AMIGOS
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